Bush, dinero y empleados
JOAQUÍN RIVERY TUR
¿Para quién es el dinero que Bush promete a la "sociedad civil"
cubana?, se preguntaba ayer Randy Alonso, el moderador de la Mesa Redonda, al
anunciar como tema del día las nuevas maniobras del emperador contra Cuba.
La respuesta es vieja y larga y comenzó a darla Lázaro Barredo. Hay que remontarse a los mismos inicios de la Revolución cubana, cuando comenzaron a financiarse las varias decenas de organizaciones contrarrevolucionarias que armó la CIA en Cuba, y continuar uno tras otro con todos los presidentes que han habitado en la Casa Blanca desde Dwigth Eisenhower hasta la fecha, pasando siempre por el cowboy Ronald Rea-gan y su Programa de Santa Fe, tan contrarrevolucionario y derechista como Bush.
Los grupos que se han beneficiado —subraya Lázaro— son bien conocidos, aquellos que se han distanciado del proyecto revolucionario socialista y siempre están haciéndose propaganda con cuanto extranjero pueden y con cuanta organización internacional manipulada pueden.
La activa participación de Estados Unidos en el financiamiento abierto de todos esos señores que reciben los fondos a través de la oficina de intereses o viajeros checos, polacos o de donde sea fue puesta en evidencia. Todo lo que planteó Bush contra Cuba el pasado 20 de mayo es lo mismo que se viene haciendo en los últimos tiempos.
El principal de los "carriles" por los que fluyen los dólares desde Washington hacia los grupúsculos es la USAID (United States Aid for International Development o Ayuda de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), cuya actividad, denominada Programa Cuba, fue detallada por Rogelio Polanco, director de Juventud Rebelde.
Los billetes que transitan hacia los grupos que radican en Cuba o en Miami suman más de 15 millones de dólares para 17 llamadas organizaciones. Este programa seguirá vigente hasta el 2005 y se le añadirán millones y millones desembolsados fácilmente por los que no son contribuyentes.
Al revelar esos extremos, Polanco llamaba la atención de que en Estados Unidos se emplean los términos de organizaciones no gubernamentales, periodistas independientes, organizaciones de derechos humanos y hasta supuestos sindicatos para referirse a toda la gama de contrarrevolucionarios.
Una de las llamadas de atención de Polanco fue que no todo es tan claro, pues en el Congreso hay miembros que se oponen a los planes y siempre dificultan las actividades de los que apoyan la contrarrevolución.
Randy detalló las partidas de dólares, entre cientos de miles y millones, que reciben distintas instituciones en Estados Unidos para hacer llegar a sus destinatarios en Cuba, comprendidos en las "categorías" mencionadas.
Reinaldo Taladrid, periodista de la televisión, se detuvo en explicar lo que hace la National Endowment for Democracy (NED), otra de las instituciones empleadas por el gobierno de Washington para lo mismo que hacía la CIA en años anteriores. Su principal beneficiario era la Fundación Nacional Cubano Americana que, a su vez, suele dar dinero para las campañas electorales en cantidades serias.
La NED emplea esos fondos para pagar publicaciones anticubanas, reuniones internacionales de varios días para trazar la dirección del hace tantos años esperado derrumbe de la Revolución cubana, y otras actividades como tratar de crear sindicatos contrarrevolucionarios.
El análisis de Manuel Hevia, director del Centro de Estudios Históricos del Departamento de Seguridad del Estado, recayó sobre el Grupo de Apoyo a la Disidencia, con sede en Miami, cuyas finanzas provienen de la USAID y se trata de una fachada para acciones contra Cuba, igual que el Instituto para la Democracia en Cuba, también de Miami.
En el Center for a Free Cuba (Centro por una Cuba Libre) está el famoso Frank Calzon, un terrorista abierto bien definido por Lázaro Barredo como el individuo que sabe vivir cómodamente a costa de la industria anticubana.
Freedom House es bastante conocida y, como las demás, se dice no gubernamental. Polanco señaló que entre sus objetivos está "una Cuba libre", para lo cual ha enviado en abundancia a individuos de cualquier nacionalidad a nuestro país para traer dinero y medios a los empleados norteamericanos, como fue el caso de los dos ciudadanos checos Ivan Pilip y Jan Bubenik.
Taladrid tuvo a su cargo la explicación de las labores anticubanas de la sección de intereses norteamericanos en Cuba que financia a grupos contrarrevolucionarios, los abastece materialmente y les solicita informaciones de orden económico y de otra índole.
Hevia aclaró que el gobierno
norteamericano se ha visto obligado a financiar a todos estos grupos porque son
empleados a sueldo. Aclaró que entre 1993 y 1999 se realizaron 325 operaciones
de abastecimiento de los empleados estadounidenses en Cuba y en los años
siguientes hubo otras tantas y que entre los principales receptores del dinero
norteamericano están Raúl Rivero, Elizardo Sánchez y Marta Beatriz Roque.
Publicado 31-05-2002