Robert
Sandels
Cuba-L Analysis
Traducido para Rebelión por Marina Trillo
Desde su nombramiento en setiembre 2002 como principal funcionario de la Sección de Intereses de EEUU en Habana, James Cason ha potenciado las conexiones oficiales de EEUU con disidentes cubanos. Injiriendo directamente en la política interna de Cuba, Cason ayudó a lanzar el ala joven del disidente Partido Liberal Cubano. En ningún lugar del mundo, dijo el Ministro de exteriores Felipe Pérez Roque, sería legal para un extranjero participar en la formación de un partido político.
En octubre 2002, Cason invitó a un grupo de disidentes a una reunión en su residencia en la Habana con los editores de un periódico estadounidense. Aunque buscar disidentes ha llegado a ser una rutina para los jefes de la misión de EEUU, era excepcional reunirlos en la propia casa.
El 24 de febrero de este año, participó en una reunión de la disidente Asamblea para la Promoción de la Sociedad Civil en casa de la destacada disidente Marta Beatriz Roque. Presentes también en la reunión estaban varios periodistas a quienes Cason repitió sus críticas al gobierno del Presidente Fidel Castro y reafirmó el apoyo de EEUU a los disidentes.
Cason organizó otras dos reuniones similares en su domicilio en marzo aún después de recibir una queja formal del Ministerio de Exteriores.
En una reciente entrevista por televisión en Miami, Cason dijo que la ayuda que prestaba a disidentes era de naturaleza "moral y espiritual". Pero, según el testimonio de varios agentes de seguridad cubanos que se infiltraron en las organizaciones que recibían apoyo estadounidense, la Sección de Intereses llegó a convertirse en el cuartel general y en un área de oficina para disidentes. Algunos de ellos, incluida Marta Beatriz Roque, disponían de pases firmados por Cason que les permitían el libre acceso a la Sección de Intereses donde podían usar los ordenadores, teléfonos, y máquinas de oficina.
El Departamento de Estado llama a estas actividades "de alcance." Sin embargo, bajo las leyes de EEUU, semejante "alcance" por parte de un diplomático extranjero en los Estados Unidos podría tener como resultado la persecución criminal y una sentencia de 10 años de cárcel para cualquiera "que acceda a operar dentro de los EEUU sujeto a la dirección o el control de un gobierno o funcionario extranjeros" (Titulo 18, sección 951 del Código de EEUU.)
El 4 de marzo, Castro advirtió que Cuba podría cerrar la Sección de Intereses. "Cuba puede prescindir fácilmente de esta oficina, una incubadora de contrarrevolucionarios y un puesto de control para las acciones subversivas más agresivas contra nuestro país," dijo.
En abril, el Ministerio de Exteriores mandó una nota al Gobierno de los EEUU diciendo que el gobierno se vió forzado a actuar contra los disidentes debido al "declarado propósito" de EEUU de derrocar al gobierno de Cuba.
El 18 de marzo, el gobierno comenzó a acorralar a los disidentes incluidos miembros del Proyecto Varela de Oswaldo Payá -aunque no a Payá- periodistas independientes, y varios destacados disidentes como Marta Beatriz Roque.
Las sentencias dictadas iban de 6 a 28 años. El cargo formal contra la mayor parte de los acusados fue el de crímenes contra "la independencia o la integridad territorial del estado."
En una rueda de prensa del 9 de abril, el Ministro de Exteriores Pérez Roque dió la explicación de Cuba respecto a las detenciones. "Se nos ha acabado la paciencia con el Sr. Cason y sus actos irresponsables. Es la persona más responsable por lo que ha ocurrido."
Esa fue la explicación corta. En la exhaustiva denuncia que siguió, Pérez Roque demostró que la administración de Bush había aumentado extremadamente la hostilidad hacia Cuba para desestabilizar su gobierno.
El muy alabado Proyecto Varela es un caso especialmente interesante. Según los documentos que Perez Roque presentó en la conferencia de prensa, el referéndum del Proyecto Varela fue financiado por los Estados Unidos y organizado con la ayuda de Carlos Alberto Montaner, un exiliado cubano radicado en España, asistido por funcionarios españoles.
En
una carta de 2001 a Osvaldo Alfonso, uno de los detenidos, Montaner mencionó
dinero mandado a Cuba para afianzar el proyecto y dijo, "Muy pronto,
algunos amigos españoles de alto nivel te llamarán para hablar acerca del
Proyecto Varela." Montaner sugirió que varias personas, incluido Payá,
ayudaran a montar el proyecto.
Las detenciones condenadas como represión
de derechos
Las detenciones generaron condena casi universal. El portavoz del Departamento de Estado Richard Boucher dijo que los EEUU fueron "ultrajados," y el Secretario de Estado Colin Powell requirió que Cuba liberara a los "presos de conciencia." Ni Boucher ni Powell dieron explicaciones ante la evidencia de que los disidentes eran agentes pagados por los Estados Unidos.
El gobierno cubano siempre ha mantenido que los disidentes son creados y financiados por el gobierno de EEUU. Bajo esa base, la ley Cubana hace de la colaboración con la política de EEUU, especialmente la Helms-Burton Act de 1996, una ofensa criminal punible con largas condenas de prisión. En 1997, la Asamblea Nacional aprobó la Ley de Reafirmación de la Dignidad Cubana y la Soberanía como un "antídoto" para la Helms-Burton, y en 1999, la Ley de Protección de la Independencia Nacional Cubana, que criminalizaba cualquier acto de colaboración con la política de EEUU hacia Cuba. Estas leyes son semejantes a las leyes estadounidenses que rigen las actividades de agentes no registrados de gobiernos extranjeros.
Evidencias que avalan la reivindicación cubana de que los disidentes son mercenarios de los EEUU está disponible en sitios web del gobierno estadounidense. El sitio web de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) relaciona los receptores de fondos de EEUU para apoyo a disidentes, periodistas independientes, libreros independientes, y organizaciones de derechos humanos en Cuba.
Por ejemplo, en el 2000 USAID dio US$ 670.000 a tres organizaciones para apoyar "la publicación en el exterior del trabajo de periodistas independientes de la isla... y para distribuir sus escritos dentro de Cuba" (informe de USAID, Evaluación del Programa de USAID Cuba, 2001).
La revisión 2003 del Departamento de Estado del Programa Cuba, establecido para llevar a cabo la directiva de cambio de régimen prevista en el Acta Helms-Burton, observa que el Grupo de Tareas de Disidencia de Cuba "fue creado para apoyar las actividades de grupos disidentes en Cuba," especialmente el Grupo de Cuatro - el grupo dirigido por Marta Beatriz Roque. Este grupo de tareas recibió una donación de US$ 250.000 en 1999. US$ 280.000 fueron a la Prensa Libre de Cuba entre 1998 y 2000, para "dar voz a periodistas y escritores independientes en el interior de Cuba."
CubaNet,
que opera fuera de Miami, cuelga en su sitio web el trabajo de periodistas
independientes. La Universidad Internacional de Florida, otro beneficiario de
USAID, trabaja con CubaNet para traducir al inglés, francés y alemán, los artículos
escritos por periodistas disidentes. CubaNet recibió US$ 343.000 en 1997.
EEUU admite / niega que financia a
disidentes
El funcionario de USAID Adolfo Franco dijo a principios de este año que la agencia había gastado US$ 20 millones en la cumplimentación de mandatos de Helms-Burton desde 1997.
No obstante, otro funcionario de USAID, Alfonso Aguilar, negó que la agencia financiara a disidentes, aunque reivindicó que era legal hacerlo. Admitió que USAID da dinero a organizaciones no gubernamentales que a su vez pagan a disidentes. Pero sostuvo que las acusaciones de Pérez Roque eran "ultrajantes," porque los pagos no provenían directamente del gobierno estadounidense.
A pesar de la tácita aceptación de USAID de que los pagos indirectos son un medio legítimo para financiar la oposición interna en países soberanos, el Departamento de Estado dijo que la acusación de Pérez Roque relativa a que los EEUU fabricaron la disidencia Cubana era "ridícula."
Parte de la causa judicial contra Héctor Palacios, un partidario del Proyecto Varela sentenciado a 25 años de cárcel, fue que había recibido US$ 3.000 en remesas de organizaciones en los Estados Unidos así como también ordenadores y otro equipo donados por la Sección de Intereses. Los investigadores encontraron US$ 5.000 en metálico escondidos en un frasco de medicinas en su casa.
Otro de los prominentes escritores detenido fue Oscar Espinosa Chepe, a quien sentenciaron a 20 años. Entrevistada en el programa de radio "Democracy now" (04/09/03) de la red Pacífica, Miriam Leyva, esposa de Chepe, negó que hubiera colaborado con los EEUU. Dijo que él había recibido solo US$ 15 por artículo de CubaNet en Miami. Durante la conferencia de prensa del 9 de abril, el Ministro de Exteriores Pérez Roque mostró recibos indicando que Espinosa Chepe había recibido US $ 7.154 de dichos pagos durante 2002. A razón de US$ 15 por artículo, Espinosa Chepe habría tenido que vender 477 artículos o 10 por cada semana de ese año. Pérez Roque dijo que los investigadores encontraron US$ 13.660 en el baño de Espinosa Chepe y que no había desempeñado ningún trabajo en 10 años.
A
los disidentes se les pagaba frecuentemente con fondos de EEUU canalizados a
través de un banco canadiense. El banco permite que los cubanos tengan acceso
con una Transcard (tarjeta de débito) a los fondos suministrados por Estados
Unidos.
La nueva iniciativa de Bush y la ofensiva
cubana
Casi sin excepción, los reportajes y editoriales de los medios dijeron que Castro se había aprovechado de la guerra de Irak para ordenar la represión de la disidencia. Esa interpretación, sin embargo, omite considerar el contexto actual o la larga historia de tentativas de EEUU para derrocar al Gobierno Cubano.
Verdaderamente, la crisis actual, como otras, se ha tratado en los medios casi como otro acto al tuntún fruto de los defectos del carácter de Castro y sin que tengan conexión con ningún acontecimiento histórico relevante.
No obstante, se puede decir que la crisis actual tiene sus orígenes en la nueva iniciativa del Presidente George W Bush. En un discurso del 20 mayo 2002 en Miami, titulado "iniciativa para una nueva Cuba," Bush reinstauró la línea dura de la política de EEUU y propuso el aumento de la ayuda gubernamental estadounidense a los disidentes. Parecía que no hubiera nada realmente novedoso en ello, pero el gobierno cubano lo tomó como una amenaza nueva, especialmente a la vista de que el discurso tuvo lugar pocos días después de que el funcionario del Departamento de Estado John Bolton anunciara que Cuba estaba fabricando tecnología de armas biológicas y transfiriéndola a estados terroristas.
Desde el discurso de Bush, los EEUU han prestado creciente atención al referéndum de Varela, que propone esencialmente un enfoque reformista para la eliminación del estado y la economía revolucionarios. Los funcionarios de la Administración negaron que hubiera elementos nuevos en el discurso y hablaron acerca de confiar en la disidencia cubana en vez de en la presión externa para derrocar al régimen.
Después de aceptar el Premio Sakharov de la Unión Europea (UE) para la Libertad de Pensamiento el pasado diciembre por dirigir el referéndum Varela, Payá hizo un viaje triunfal que incluyó una parada en Washington donde fue recibido cordialmente por el Secretario Powell. En Miami, ganó el apoyo de la Cuban American National Foundation (CANF). Durante el mismo período, la CANF abrazó formalmente la estrategia de trabajar para el derrocamiento de Castro por medio de disidentes, indignando a otros extremistas que apoyan acciones más agresivas desde los EEUU.
Sin embargo, si uno toma el Proyecto Varela como una operación secreta de EEUU, el cambio hacia la confianza en los disidentes domésticos anunciado por el discurso, aparecería como el comienzo de una agresiva campaña encabezada por la Sección de Intereses - la "solución final" de Bush al "problema" Cuba.
Castro respondió al referéndum Varela con una enmienda constitucional convirtiendo el socialismo de Cuba en "irrevocable." Aunque esto se vió en EEUU como un tosco intento para bloquear el referéndum, su sincronización e intensidad indicaban que era la respuesta de Castro a la iniciativa de Bush para una nueva Cuba.
El anuncio de la iniciativa salió cuatro meses después de que Bush proclamara su radical doctrina de política exterior, la Estrategia de Seguridad Nacional de EEUU. Los funcionarios cubanos señalan la doctrina como una amenaza más a Cuba porque anuncia "una estrategia integral" para promover una economía de libre-mercado global.
De modo más amenazante, afirma el derecho a una guerra preventiva unilateral contra estados que apoyen a terroristas o se crea que tengan armas de destrucción masiva. Puesto que el Departamento del Estado ha declarado públicamente que Cuba es un estado con tecnología de armas biológicas, y sigue considerando a Cuba como uno de los estados que promueven el terrorismo junto con Irak, Irán, Libia, Corea del Norte, Sudán y Siria, la nueva estrategia lógicamente deja a Cuba abierta a la intervención militar a discreción del presidente.
Bajo esta doctrina, el ejército de EEUU será perpetuamente dominante y puede operar al margen de las sanciones internacionales. Ellos "serán" lo bastante fuertes para disuadir a potenciales adversarios de que sigan aumentando su fuerza militar con la esperanza de superar, o igualar, el poder de los Estados Unidos," y "no serán menoscabados por la posibilidad de investigación, indagación, o persecución por la Corte Penal Internacional (CPI), cuya jurisdicción no alcanza a los Americanos y que nosotros no aceptamos."
Un funcionario cubano dijo a Wayne Smith, anterior jefe de la Sección de Intereses estadounidenses, "Esta nueva política vuestra de ataques preventivos nos pone en un nuevo juego de pelota, y en ese nuevo juego, debemos dejar claro que nosotros no podemos ser intimidados."
Cuba en rebelión contra la Estrategia de Seguridad Nacional
Aparte de la perspectiva inmediata de la represión en Cuba, está la cuestión de la iniciativa de EEUU en Oriente Medio.
Llama la atención lo similar que es el guión para Irak, a la política estadounidense para la transformación de Cuba: identificación del país-diana con armas de destrucción masiva y terrorismo; petición de cambio de régimen; selección de exiliados para formar gobiernos provisionales; control estadounidense de esos gobiernos durante el período de "transición"; arrogación del poder de determinar cuándo un gobierno se considera democráticamente elegido; y rectificacion de las estructuras económicas en el país- diana para conformarlo a las directivas de libre-mercado, que han sido definidas ya como concomitantes con la democracia.
Se podría decir que la decisión de Cuba de destruir las organizaciones disidentes internas y sus vínculos con EEUU, señala a Cuba como el primer país que abiertamente se rebela contra las doctrinas post-9/11 de Bush.