Los primeros pobladores.
Según los hallazgos arqueológicos, la que hoy es la mayor de las Antillas estaría poblada desde muy antiguo, tal vez desde hace 12.000 años. Este proceso formaría parte de la onda expansiva de sucesivas colonizaciones que se inició hace 40.000 años cuando grupos étnicos procedentes de Asia cruzaron el estrecho de Bering.
Los primeros pobladores de Cuba provenían probablemente del sudeste del actual Estados Unidos, aunque hubo otras rutas de penetración, como la que daba acceso desde Centroamérica a través de los cayos meridionales. La ruta más utilizada pudo ser la que desde Venezuela recorre el arco formado por el grupo de las Antillas. Hay que tener en cuenta que en ese tiempo el nivel del mar era unos metros más bajo y por tanto las distancias entre las zonas de tierra emergida considerablemente menores.
Los guanajatabeyes.
Los primeros pobladores de Cuba fueron los guanajatabeyes, un pueblo primitivo de cultura cazadora-recolectora. Utilizaban herramientas improvisadas a base de conchas y piedras, prácticamente sin trabajar. Carecían de técnicas de construcción de viviendas, por lo que solían habitar en cuevas. Como suele suceder con las culturas de cazadores-recolectores, tenían hábitos nómadas y se desplazaban en busca de alimento. Habitaban fundamentalmente zonas costeras, y se sabe que cubrían los cadáveres con conchas marinas. Este pueblo hacía largo tiempo que se extinguió a la llegada de los conquistadores españoles.
Los ciboneyes.
Los restos más antiguos que se conocen parecen sugerir que los ciboneyes arribaron a Cuba hace unos 4.000 años. Parece ser que habitaban áreas distintas a los guanajatabeyes, por lo que no parece que hubiera un desplazamiento de estos por los primeros. Su cultura era más avanzada, ya que construían utensilios de piedra y concha, aunque de naturaleza bastante tosca. Se cree que contaban también con vasijas de madera. Habitaban en cuevas, aunque construían también viviendas rudimentarias de madera y ramas de bejuco, conocidas como bajareques o barbacoas. En fases más avanzadas se conocen restos de alfarería, así como algunos utensilios probablemente de naturaleza cultual, como los esferolitos, esferas de piedra, y unas dagas también de piedra conocidas como gladiolitos. Se les atribuyen asímismo los restos de pinturas rupestres encontrados en enclaves de Punta del Este, en la Isla de la Juventud. Círculos concéntricos, cruces y flechas sugieren la existencia de conocimientos abstractos refinados, tal vez conocieran algún sistema de medición del tiempo.
Uno de los yacimientos más completos es el que se encuentra en la Cueva funeraria de los Niños, situada en Cayo Salinas, en la provincia de Sancti Spiritus.
Los tainos.
Monumento en memoria del jefe taíno Hatuey |
Los tainos constituyen el pueblo más evolucionado en la isla de Cuba a la llegada de los españoles. Este pueblo forma parte de la rama étnica de los aruaca (que se extendía por buena parte del continente sudamericano), y según las versiones arribarían a nuestra isla entre los siglos V y X de nuestra era. Otro pueblo de origen aruaca, los caribes, nunca llegó a instalarse en Cuba aunque sí realizaron frecuentes incursiones que los enfrentaría con los taínos residentes, una cultura de por sí pacífica. Los tainos eran un pueblo culturalmente evolucionado, conocedor de la agricultura (cultivaban yuca, boniato, malanga y maní, entre otros). Fabricaban canoas, tejidos (conocían el algodón y el yarey), cerámica y utensilios de piedra, madera y conchas marinas.
La típica vivienda construida a base de madera y hojas de palma, el bohío (un término de origen taíno), ha sobrevivido hasta nuestros días ya que todavía hoy es típico que en las áreas rurales los guajiros vivan en viviendas de este tipo. De hecho existe supervivencia de vocablos en lengua taina que se conservan en el castellano hablado en Cuba. La misma palabra "taino" es de origen controvertido, creyendo algunos que derivaría de la frase "taí no" (nosotros los nobles), término que supuestamente utilizaban para presentarse a sí mismos a la arribada de los conquistadores, y que estaría destinado a diferenciar su pueblo de los belicosos caribes.
Eran una raza de estatura mediana y piel oscura y rojiza (de hecho Colón los comparó con los guanches de islas Canarias). De frente ancha (este pueblo practicaba la deformación artificial del cráneo en los recién nacidos), cabello negro y liso, como es habitual en muchas razas de la zona. Eran gentes fundamentalmente pacíficas que combinaban la práctica de la agricultura con la caza, la pesca y la recolección. A partir de la harina de la yuca fabricaban una especie de pan (el "casabe") que tenía la facultad de conservarse bastante tiempo. La organización social se estructuraba en torno a un comunismo primitivo, donde no existían las clases sociales ni la propiedad privada, aunque con una clara jerarquización en las funciones. El cacique (palabra de origen taíno) se encargaba de organizar el trabajo y controlar la estructura social de la tribu. Le seguían en importancia los sacerdotes (behíques), que tenían la facultad de comunicarse directamente con sus dioses, los cemíes, por medio de largos ayunos. Tras estos personajes existía un consejo de ancianos (nitaínos). Por último, el pueblo agrícola lo formaban los naboníes (algunos de los cuales, por cierto, pertenecían a la etnia ciboney).
Se estima que, a la llegada de los españoles, habría en la isla entre 50.000 y 100.000 habitantes. Esta población fue diezmada en pocas décadas, aparte de la crueldad de los conquistadores las enfermedades que estos trajeron consigo jugaron un papel fundamental.
Un jefe taíno ha pasado a la historia por haber galvanizado la resistencia contra los invasores españoles: Hatuey. Hatuey fue un jefe taíno que escapó de la vecina isla de La Española, tras haber combatido contra los españoles, y en Cuba organizó la resistencia. Existe una leyenda según la cual, cuando los españoles se disponían a asesinar al jefe taíno, un sacerdote le ofreció la oportunidad de convertirse para salvar su alma. La conversación que siguió nos da claro ejemplo de la superioridad moral que siempre han tenido los pueblos masacrados por los europeos sobre estos:
- ¿Es muy hermoso el cielo?
- Sí, es muy hermoso, y si te conviertes vivirás en él.
- Y los españoles, ¿van también al cielo?
- Sí, los que son justos.
- Entonces, yo no quiero ir al cielo. Prefiero ir al infierno, para no tener que ver a gente tan cruel...
Los taínos eran un pueblo pacífico y poco habituado a la guerra, que fueron cruelmente asesinados y masacrados por los invasores españoles que tan sólo se guiaban por su afán de lucro y su ambición. La rápida disminución de la población nativa hizo que se importara mano de obra esclava desde las costas occidentales de Á frica, al parecer, "más resistentes y habituados al trabajo" en opinión de los hacendados.
Eran poseedores de una elevada espiritualidad, que tal vez trate en la sección dedicada a las religiones cubanas, con su cuerpo de creencias, sus ritos y sus sacerdotes, una riqueza cultural que los conquistadores destruyeron en aras de su fanatismo religioso y su intolerancia.